La verdad:
Inesperada utopía
Como infante macizo
Colocando dioses de madera,
Cada uno mas alto
Y mas pesado en su trono
En límite casi imperceptible,
Desgarró sus manos
Por algoritmos rústicos
En sombras de un cielo rígido
Con sangre de antaño gris,
Y su último deseo fugaz
Es soñar con alas tangibles
En auge de libertad
Antes que el altar de cielo astillado
Caiga por la certidumbre
Que solo un niño
Se atrevería a preguntar...
Barroso Nahuel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario